Cuando estás acostumbrado a ver decenas de videojuegos cada día no es sencillo que alguno te llame la atención a simple vista, pero cuando ante mis ojos pasó una escena de un médico tirando cuerpos inertes al suelo y usando su sierra para torturarlos en vida, sin duda captó mi atención más morbosa.
Es curioso porque la premisa de The Kindeman Remedy es de las más macabras y extremas que he visto, y bien serviría para crear un expeluznante juego de terror o de superviencia. Sin embargo, estamos ante un sencillo juego de gestión donde, dejando la ambientación gore a un lado y la ligera narrativa que hay detrás, bien podría ser un juego de gestión, de yo que sé, una fábrica de unicornios con brillantina, o de cualquier otra cosa que se nos ocurra donde haya que realizar tareas rutinarias.
Pero el caso es que ha sido The Kindeman Remedy de Troglobytes, y no otro de los múltiples juegos de gestión que se lanzan cada año, el que ha conseguido cautivarme, y sin duda es por esta ambientación oscura, extrema y tremendamente macabra. También sus protagonistas, una atractiva -en todos los sentidos- pareja formada por un doctor y una monja que trabajan “cuidando” de la salud de los presos de una cárcel.
Son estos dos personajes los que centran toda la jugabilidad del título, y entre los que podemos alternar en cualquier momento con tan sólo pulsar su botón correspondiente (LB y RB en el mando de Xbox). Cada uno tiene sus funciones, y aunque por momentos serán dependientes, por ejemplo cuando el doctor Kindeman prepara cápsulas y goteros que luego Anna, la monja, administrará a los presos, en general sus tareas son totalmente independientes. Quizás aquí el juego podría haber añadido un punto de complejidad a la jugabilidad al crear tareas más interdependientes, ya que la monotonía acaba por protagonizar un poco el día a día de la prisión, aunque eso ya lo comentaré más adelante.
El caso es que nuestro querido doctor Kindeman quiere obtener el remedio definitivo, ese que llevará su nombre y que le ayudará a recuperar su prestigio perdido. Y para ello necesita experimentar con humanos de las maneras más extremas posibles: torturándolos en vida, o extrayendo de sus cuerpos muertos una sustancia que luego le permitirá llevar a los vivos a límites impensables de sufrimiento.
Para llevar a cabo este fin realizaremos una serie de tareas en nuestro día a día que forman un ciclo que repetiremos -y mucho- hasta conseguirlo. Así, nuestra fiel compañera Anna envenenará algunos de los presos que acudan a recibir sus tratamientos para que estos terminen en la morgue donde Carl, el doctor, los “exprimirá” hasta conseguir un líquido especial que luego administrará a los sentenciados a muerte. Estos sentenciados se llevarán la peor parte, ya que gracias a esta inyección especial del doctor podrán sobrevivir a sus infames torturas hasta que pueda obtener la preciada información que le servirá para crear su remedio.
A este ciclo básico se van añadiendo algunas tareas extra por el medio, que aunque al principio parecen ir a un ritmo interesante que añade capas para hacer la jugabilidad más variada, pronto comprobamos que ésta no llegará mucho más allá. Así que no tardamos mucho en repetir de manera constante y sin apenas aditivos, una serie de acciones rutinarias que pueden llevar al traste la diversión. Salvo que seas, como yo, amante de esta rutina.
Y es que, en pequeñas dosis -jeje-, intercalado entre otros juegos, The Kindeman Remedy es un juego entretenido, pero si nos dedicamos en exceso a él puede volverse rutinario y monótono. Curiosamente, en vista de algunos de sus logros y objetivos extra, el juego parece querer invitarnos a hacer varias partidas, algo que, yo al menos, no veo viable, puesto que no creo que la jugabilidad nos aporte tantas variables -por no decir ninguna- como para hacer interesantes nuevos intentos.
En lo técnico, y aunque he visto que en PC, con una mayor resolución, luce algo más nítido -repito, yo lo he jugado en Xbox-, la verdad cumple bastante justito. La ambientación oscura y tétrica ayuda a disimular las carencias pero cuando vemos las escasas escenas de la historia, que son más de cerca, la verdad es que “canta” bastante. La música, que es siempre la misma y tengo metida en la cabeza, y las escasas voces de los personajes, ayudan a crear ambiente sin mayores aspiraciones.
Conclusiones
The Kindeman Remedy es un juego de gestión bastante simple que gana puntos por su arriesgada premisa, pero es sin duda un juego muy peculiar que no gustará a todos los públicos. Una mayor profundidad en la jugabilidad le habría venido bien para no volverse monótono en las fases finales pero en general, siempre que se juegue en pequeñas dosis, es una buena opción para quienes gustan de un juego de gestión no demasiado profundo para disfrutar en los ratos muertos -chiste no intencionado- y no tenga problemas con su extrema temática.
Jugado en Xbox Series S gracias a una clave facilitada por Troglobytes Games.
Autor
Creador y Director de DeVuego. Padre. Informático. Ex-Vocalista de Death Metal. Pierdo el poco tiempo libre que tengo haciendo webs de videojuegos como esta.